Hace ya miles de años nos invitaron a participar en un concurso cerrado para el Centro Residencial Aceesca. Nuestra propuesta no salió vencedora por nuestra exagerada juventud según el “jurado”.
Supongo que tanto “grano pajero” los asustó.
Eso sí, de ilusión como íbamos, ¡¡Madre mía!!.